Puente de Trespuentes
Puente de Trespuentes
Orígenes
El puente de Trespuentes o Iruña es un puente sobre el río Zadorra, aunque considerado tradicionalmente de origen romano, fue construido en el siglo XVI. No obstante, en su emplazamiento o en las inmediaciones, existió un puente previo altomedieval que dio nombre al lugar de Trespuentes (del latín Transponte ‘tras el puente’), como aparece citado en el documento conocido como Reja de San Millán (1025).
Autoría: E. Guinea | Fondo: “Pilar Arostegui” Gasteizko Udal Artxiboa (AMVG)
Estructura
Actualmente está compuesto por 13 arcos u ojos de medio punto sustentados por 12 pilares, con su correspondiente tajamar destinado a cortar la corriente de aguas arriba, y va apoyado en 2 estribos laterales.
Está construido con piedras de mampostería de caliza margosa, sin labrar, de tamaño irregular que se regulariza en los ángulos del tajamar, y rajuela dispuesta verticalmente en los arcos.
Su zona de paso tiene una longitud total de 118 m y una anchura de 4,35 - 4,5 m, sin incluir los 5 apartaderos para facilitar el tránsito. A ambos lados tiene un pretil o muro protector colocado para preservar de caídas, añadido en torno a los años 20 del siglo XX y reconstruido en la década de los 50.
Reformas
En origen contó con 8 vanos, que fueron ampliados con 5 más en la primera mitad del siglo XVII.
Fue objeto de importantes reformas posteriores, destacando las llevadas a cabo por Martín Saracíbar en 1845 ; las reparaciones tras los daños ocasionados por las riadas de 1915, por Javier Aguirre, y de 1930, por Teodoro Ríos Balaguer; y la efectuada por Manuel Lorente en 1953.
Con posterioridad ha sido restaurado, para lo que fue objeto de estudios previos en 1996 y 2002.
Momentos históricos destacables
El 21 de junio de 1813 en la batalla de Vitoria, la brigada Kempt de la división ligera inglesa, guiada por un lugareño, cruzó el puente de Trespuentes y atacó las posiciones de artillería del ejército napoleónico situadas en Júndiz.
En diciembre de 1838, durante la Primera Guerra Carlista, el guerrillero Martín Zurbano inutilizó dos de sus arcos (apenas dos años más tarde de que él mismo ordenara incendiar el cercano monasterio de Santa Catalina de Badaya).
Importancia patrimonial reconocida
Fue el primer Monumento Nacional declarado en Álava en 1916, conjuntamente con las ruinas de Iruña. A posteriori, ha sido incluido como Monumento en el Inventario General del Patrimonio Cultural Vasco (2001) y calificado en el Conjunto Monumental de los puentes de la cuenca del río Zadorra (2017).